Mi último primer día

-Marcela Higuera

Estoy segura que la mayoría de mis compañeros y amigos esperábamos con ansias y anhelo esta fecha , el día que comenzábamos nuestro último capítulo, el día que nos volvíamos los padres de bachillerato y el ejemplo a seguir de las siguientes promociones. El hecho de pensar que ya se está acabando este proceso o esta rutina en la que hemos estado por los últimos 16 años aproximadamente, nos hace percatarnos que el tiempo pasa muy rápido y momentos como estos, nuestro último primer día de clase, son aquellos que debemos atesorar.

En lo personal, nunca creí que mi comienzo de once fuera así. Si soy honesta, nunca pasó por mi mente vivir una pandemia y tener que asistir a clases virtuales. Me considero una persona muy sociable y extrovertida, por ende asistir a las clases detrás de una pantalla no es algo que me cautive. Sin embargo desde hace unos meses nos hemos adecuado a la famosa cuarentena y las reglas que esta conlleva, así que poco a poco fui imaginando la idea de cómo iba a ser mi último año escolar.

10 de agosto 2020: mi primer último día

La video-llamada de bienvenida comenzó a las 7:45, después de unos cuantos minutos la reunión en meet se llenaba de cara familiares, lo que me emocionó mucho, extrañaba ver a mis amigos y profesores. Extrañaba muchas cosas, en especial nuestros chistes y códigos internos que solo los estudiantes podemos entender y reirnos sin que los profesores tuvieran idea de lo que pasaba.

No voy a negar que extraño estar en el salón, sentada en mi pupitre y estar rodeada de mis compañeros con los que he convivido mi bachillerato. Extraño que al no entender algo de la clase, me daba media vuelta y estaba una de mis amigas a la cual le preguntaba todo, a mi izquierda estaba un muchacho con el que me la pasaba bailando y jugando la mayoría del tiempo y a mi derecha estaba otra amiga con la que nos reíamos de todo, literalmente todo, era solo cuestión de mirarnos y ya nos estamos riendo. Eso y muchas cosas más, son las que me alegran al acordarme de ellas.

Pero dejando a un lado todo lo que echo de menos del colegio presencial, solo me queda decir, que esta es nueva etapa para muchos de nosotros, debemos tomarla con la mejor ACTITUD posible, y apoyarnos en nuestros amigos, de esta forma.